viernes, 3 de mayo de 2013

ESCALAR Y VOLAR

ESCALAR Y BAJAR VOLANDO




Ueli Steck, Jon Griffith y Simone Moro durante su expedición al Everest

Durante una semana se ha hablado abundantemente sobre la monumental trifulca que se organizó en el campo 2 del Everest cuando un grupo muy numeroso de sherpas (casi un centenar) atacó a Simone Moro, Ueli Steck y Jon Griffith por, teóricamente, haberles molestado durante la delicada operación de fijar cuerdas en la pared del Lhotse camino del C3. Un suceso sorprendente y grave, difícil de explicar por sí mismo.
(I) Simone Moro, Ueli Steck y Jonathan Griffith a punto de ser linchados en el Everest
Resumen de lo ocurrido
Rememorando el desarrollo del incidente, primero apareció el comunicado de los tres alpinistas explicando lo sucedido. Un texto que dejó atónita a la comunidad montañera mundial y que sumió a los observadores externos en cierto grado de confusión, mientras aparecían otras voces contando sucesos similares en otras ocasiones, como Nacho Orviz. Otros destacados montañeros, como Steve House, apuntaban vía Twitter que “en 2011, para aclimatar en la ruta normal del Makalu, escalábamos sin cuerda cerca de las líneas fijas y el líder sherpa también nos amenazó”.
Un par de días después del ataque, se celebró en el campo base una reunión entre sherpas, jefes de expedición y los alpinistas afectados, en el que todos los implicados se pidieron perdón mutuamente y se firmó un documento calificado como el ‘armisticio del Everest’. A continuación, Simone Moro, Ueli Steck y Jon Griffith anunciaron que se retiraban de la montaña y los dos últimos se iban para casa.
(II) Explicar lo inexplicable: a puñetazos en el Everest
Paralelamente, surgió una supuesta versión de los sherpas, en voz del guía estadounidense Garrett Madison, muy diferente de la  ofrecida por Simone Moro y los suyos. Una versión que motivó muchas críticas de otros alpinistas que estaban en la montaña y que provocó que Chad Kellogg revelara los detalles de la agresón sufrida por los tres alpinistas europeos en un relato a ratos espeluznante y casi increíble que parece acercarse mucho a lo que ocurrió en realidad, según confirman otras fuentes

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